Hablar sobre el concepto de Psicomotricidad, quizás resulte muy familiar para un sin número de personas, pues es un tema recurrente y de actualidad, principalmente en los primeros niveles de escolaridad formal o cuando el niño ingresa al jardín infantil. Pero también es cierto que es motivo de discusiones y múltiples interpretaciones que varían de acuerdo al área de interés, ya que es una disciplina muy amplia. Psicomotricidad es una palabra compuesta, que etimológicamente significa: "psiquis- cuerpo" o más elaboradamente sería: "pensamiento hecho acto", o "el pensar llevado a la acción".
La psicomotricidad, se refiere básicamente al movimiento, pero con connotaciones psicológicas que superan lo puramente biomecánico. La psicomotricidad no se ocupa, pues, del movimiento humano en sí mismo, sino de la comprensión del movimiento como factor de desarrollo y expresión del individuo en relación con su entorno. Al pretender estudiar el movimiento como fenómeno de comportamiento no puede aislarse de otras cosas. Sólo considerado globalmente, en donde se integran tanto los movimientos expresivos como las actitudes significativas, se puede percibir la especificidad motriz y actitudinal del ser humano
(Fonseca, 1996).
La psicomotricidad hace una lectura globalizadora de los progresos y adquisiciones motrices que marcan la evolución de la criatura humana y cuya importancia condiciona el devenir de otros procesos (el lenguaje, la relación afectiva, los aprendizajes de lectura, escritura y cálculo, etc.). En este sentido podemos considerar la psicomotricidad como un área de conocimiento que se ocupa del estudio y comprensión de los fenómenos relacionados con el movimiento corporal y su desarrollo. La evolución psicomotriz considera uno de los aspectos claves del desarrollo hasta la aparición del pensamiento operatorio (hacia los siete años) y no se completa definitivamente, en individuos normales, hasta la consecución del pensamiento formal
(Hacia los doce años).
Intentando contemplar a la psicomotricidad en su doble vertiente –como teoría y como
Práctica– nos encontramos con la siguiente definición: la psicomotricidad es una disciplina educativa/reeducativa/terapéutica, concebida como diálogo, que considera al ser humano como una unidad psicosomática y que actúa sobre su totalidad por medio del cuerpo y del movimiento, en el ámbito de una relación cálida y descentrada, mediante métodos activos de mediación principalmente corporal, con el fin de contribuir a su desarrollo integral (Muniáin, 1997).
Una definición que ha intentado integrar todas las acepciones del término psicomotricidad es la que han elaborado De Lièvre y Staes (1992), para quienes la psicomotricidad es un planteamiento global de la persona. Puede ser entendida como una función del ser humano que sintetiza psiquismo y motricidad con el fin de permitir al individuo adaptarse de manera flexible y armoniosa al medio que le rodea. También se entiende como una mirada globalizadora que percibe las interacciones tanto entre la motricidad y el psiquismo como entre el individuo global y el mundo exterior. Por otro lado se define como una técnica cuya organización de actividades permite a la persona conocer de manera concreta su ser y su entorno inmediato para actuar de manera adaptada.
Sería preciso matizar que la intervención psicomotriz no obedece a una única pauta sino que existen diversas orientaciones de la práctica y diferentes enfoques metodológicos para realizarla. Para la comprensión de todo ello será muy interesante aproximarse a la evolución del término psicomotricidad en su breve historia, que cuenta apenas con un siglo de existencia.
Abordar una breve revisión histórica, el origen y la evolución del concepto de psicomotricidad es, de alguna forma estudiar la significación del cuerpo a lo largo d la civilización humana.
Desde la civilización oriental a la civilización occidental. Y dentro de esta, desde la civilización griega, pasando por la edad media, hasta nuestros días, la significación de cuerpo ha sufrido innumerables transformaciones. Desde Aristóteles, pasando por el cristianismo, el cuerpo es, en cierto modo, descuidado a favor del espíritu. Descartes, y toda la influencia de su pensamiento en la evolución científica, llegó a considerar el cuerpo como objeto y fragmento del espacio visible separado del “sujeto conocedor”.
LINKSolamente en pleno siglo XIX el cuerpo comienza a ser estudiado, en primer lugar, por neurologístas, debido a la necesidad de comprender las estructuras cerebrales, y posteriormente por psiquiatras, para la clarificación de factores patológicos.
Krishaber, Von Monakow, Bonnier, Mayer Gross, Veirmitchell, Wernicke, Forester, Peisse, Head, Liepmann, H. Jackson, Nielsel, etc., y tantos otros, son algunos de los pioneros en el campo neurológico, psiquiátrico y neropsiquiátrico que confieren al cuerpo significaciones psicológicas superiores, tanto en el ámbito de estudio de las asomatognosias, como incluso en las anosogosias, apraxias ideatorias, ideomotoras, constructivas, apractognosias etc.
Podemos establecer entonces los orígenes de la psicomotricidad a principios del siglo XX, momento en que se da una situación propicia sobre la que convergen al menos tres corrientes científicas.
1- La patología cerebral acepta la ruptura en la correspondencia entre la lesión y el síntoma. Se ha constatado la existencia de disfunciones graves sin la existencia de lesiones cerebrales localizadas.
2- La neurofisiología empieza a preocuparse de las conductas de un individuo en relación con el medio, alejándose del laboratorio para estudiar la acción adaptativa del sistema nervioso, llegando a la conclusión de que cualquier movimiento tiene significación biológica.
3- Por último, la neuropsiquiatría infantil que llega, de la mano del Dr. Ernest Dupré en 1907, a la descripción del síndrome de debilidad motriz, que posteriormente se relacionaría con el de debilidad mental, y que abre la posibilidad de explicar trastornos motores por causa de inmadurez, retraso o detención del desarrollo de un sistema, poniendo de relieve el paralelismo existente entre la actividad psíquica y la actividad motriz. (Arnaiz, 1987).Se considera que la psicomotricidad arranca de este momento en que Dupré describió la paratonía.
El concepto "Psicomotricidad", nace en su primera etapa como una estrategia que buscaba normalizar las conductas posturales inadecuadas del sujeto, mediante ejercicios motores, los que se sabían conectados a la Psiquis pero no directamente al pensamiento. Y es en la línea de la neuropsiquiatría infantil, donde sus ideas encuentran acogida y se desarrollan. Sin duda es Wallon, la persona que dió auge a la intuición de Dupré e inicia una línea clara de investigación y publicaciones sobre determinados aspectos de la psicomotricidad. En su tesis sobre “el niño turbulento” (1925) analiza los estadios y trastornos del desarrollo mental y psicomotor del niño. Sus estudios, como los de Heuyer (primer catedrático europeo de Psiquiatría Infantil), intentan poner de relieve la interdependencia de lo afectivo, lo motriz y lo cognitivo en el desarrollo infantil. Éste probó aislar los trastornos motrices que acompañan a perturbaciones de la personalidad y, aplicando una terapia psicomotriz, vió que ello provocaba una mejoría en los trastornos de la personalidad de sus pacientes. No dudó en afirmar que es preciso conceder un lugar importante a la educación motriz, al lado de la instrucción pedagógica, en la educación de los débiles mentales.
En esos momentos cobran importancia los estudios de psicología del desarrollo que realizan Wallon y Piaget, en los que se recogen estas nuevas influencias, dando un lugar preeminente al plano motor en el desarrollo infantil, sobre todo en las primeras épocas del mismo. El psicoanálisis también se hace eco de esta corriente y acepta que el cuerpo tiene, además de su existencia objetiva, una realidad fantasmática.
Los estudios de Spitz (1945) sobre las repercusiones psicológicas de las carencias afectivas en el primer año de vida, revelan la importancia del cuerpo y de las precoces experiencias sensoriales y motrices en el desarrollo posterior del sujeto.
Guillain es el primero en extraer consecuencias reeducativas del pensamiento de Wallon. Estudia y barema pruebas de examen del desarrollo o aptitud motora. El objetivo del examen psicomotor es recabar información acerca de las tres funciones que denominaba afectivo activas: actividad postural, sensomotora e intelectual. Plantea la reeducación psicomotriz a tres niveles: el de la actividad tónica, el de la actividad de relación y el del dominio motor.
Son dos discípulos de Heuyer, Ajuriaguerra y Diatkine quienes inician en el hospital Henri-Rousselle de París una línea clara dentro de la psiquiatría infantil con sus investigaciones acerca del síndrome de debilidad motriz y las relaciones de éste con otros síndromes, concluyendo que la debilidad motriz no puede considerarse un déficit instrumental producido por una lesión o defecto de funcionamiento de un sistema cortical o subcortical, debiendo ser clasificada en una nueva categoría de trastornos puramente psicomotores. Estas ideas suponen el substrato científico con el que se inicia realmente la puesta en práctica del abordaje psicomotriz como forma de reeducación o terapia específica.
Todos sus esfuerzos y publicaciones llevan a la elaboración de la primera Carta de la
Reeducación Psicomotriz en Francia, publicada en 1960 y firmada por Soubiran, Cahen, Trillat, Galifret-Granjon, Stambak, García-Badaraco y Gobineau. Este documento recoge los fundamentos teóricos del examen psicomotor y una serie de métodos y técnicas para el tratamiento de los trastornos psicomotrices. Este es el momento de la mayoría de edad de la psicomotricidad cuya entidad propia ya no puede ser cuestionada.
A partir de este momento comienza la lucha por la especialización y oficialización de los estudios de psicomotricidad. En 1963 se crea en Francia el Certificado de Reeducación Psicomotriz, lo que supone el reconocimiento público e institucional de la psicomotricidad. A partir de este tronco común, es ahora cuando se inicia la diversificación y empiezan a desarrollarse líneas, orientaciones y tendencias diferentes todas ellas herederas de los fundamentos que hasta este momento han configurado la historia de la psicomotricidad. (Seisdedos, 1988).
Los esfuerzos por desarrollar la profesión de psicomotricista se verán culminados en el 1974 con la creación del Diploma de Estado (inicialmente denominado Diploma de Estado de Psicorreducador y posteriormente –1985– Diploma de Estado de Psicomotricista). El último logro de los psicomotricistas franceses es la inscripción de la profesión en el libro IV del Código de la Sanidad Pública que dota a los psicomotricista del estatuto de auxiliar de la medicina, conseguido en 1995.
Si bien la corriente oficial francesa se enmarca en el ámbito de la sanidad, no podemos olvidar la corriente educativa que surge de la educación física a partir de Picq y Vayer, Le Boulch, Lapierre y Aucouturier y cuyas enseñanzas han creado escuela en muchos países, sobre todo latinos. Curiosamente, a pesar de iniciarse en Francia, al haberse desmarcado de la corriente oficial francesa (de corte clínico y carácter terapéutico), esta práctica psicomotriz, ha generado más atracción fuera que dentro de su país de origen.
En otros países ha habido un desarrollo diferente. En Alemania se desarrolla una disciplina científica, vinculada a las ciencias de la educación física y el deporte denominada motología que se configura, sobretodo, a partir de los trabajos de Kiphard y Schilling e intenta ser una ciencia del movimiento en la que confluyen la pedagogía, la psicología y la medicina. A su vez, la motología concreta su aplicación en el ámbito educativo (motopedagogía) y en el de la rehabilitación (mototerapia). Esta evolución se extiende a países de su área de influencia como Holanda, Austria o Bélgica flamenca. En la actualidad los alemanes han asimilado su motología a nuestra psicomotricidad (psychomotorik) para unir las dos historias en una estructura que aúne a todos los psicomotricista respetando las peculiaridades de la práctica en cada país.
Surge así el Forum Europeo de Psicomotricidad que empieza a trabajar en 1995 y se enfrenta al reto de organizar una estructura común europea que aglutine a todos los psicomotricista e iniciar la celebración periódica de congresos europeos de psicomotricidad.
Otro de los países cuyo desarrollo en el ámbito de la psicomotricidad cabe reseñar es Dinamarca cuyos “educadores del movimiento y la relajación” (afspændingspædagogen) cuentan con un diploma de estado consolidado tras 20 años de existencia, con una asociación profesional única de un millar de miembros y con un planteamiento amplio de la práctica profesional, ahora asimilado también a la figura del psicomotricista.
En otros países de Europa no hay inicios propios, sino que se produce un desarrollo por continuidad de las escuelas francesas o alemanas, principalmente. Es el caso de España, donde la psicomotricidad se fue abriendo paso poco a poco, a partir de la segunda mitad de los años setenta, mediante la publicación de obras de autores franceses que empezaron a despertar interés. La psicomotricidad supuso inicialmente una bandera de cambio de estructuras antiguas sobretodo en el ámbito de la educación, lo que hizo que su desarrollo se orientara por ese camino principalmente (Berruezo, 1996).
En otra dirección y lamentablemente poco reseñada en los trabajos tanto de autores americanos como de autores europeos, surgen los estudios de los autores soviéticos, en donde queremos destacar, en el área de la psiconeurología del movimiento, los nombres de Ozerestsky, Vygotsky, Bernstein, Zaporozhets, Elconin, Galperin y Luria.
Corresponde a los autores soviéticos la introducción en la psicología del concepto de que el origen de todo movimiento y de toda acción voluntaria no se hace dentro del organismo, sino, a partir de la historia social del hombre. El movimiento así entendido, depende, primero, de la función de la comunicación, y más tarde del analizador verbal, o sea, de las síntesis aferentes.
Basándose en estas teorías, la psicomotricidad tiende actualmente a ser reconseceptualizada, no solo por la inclusión de factores antropológicos, filogenéticos, ontogeneticos, paralinguisticos, sino también esencialmente cibernético y psiconeurologicos. Es en la integración interdisciplinar de estas áreas del saber que probablemente se situara en el futuro la evolución y actualización del concepto de psicomotricidad.
Tras una visión global acerca de la evolución de la psicomotricidad, resulta necesario hacer un contraste acerca de las diferentes etapas que ha vivido el concepto Psicomotricidad como disciplina y sus variadas acepciones. A continuación se presentan algunas definiciones donde el lector podrá apreciar las diversas interpretaciones que se han dado desde el origen del concepto:
El concepto de "Psicomotricidad", nace en su primera etapa como una estrategia que buscaba normalizar las conductas posturales inadecuadas del sujeto, mediante ejercicios motores, los que se sabían conectados a la Psiquis pero no directamente al pensamiento.
Aucouturier: define la Psicomotricidad como una disciplina que estudia, con un enfoque global, la particular manera del niño de ser y estar en el mundo, denominándola "expresividad psicomotriz”.
Stamback, M.: Se considera como una de las ramas de la Psicología, referida a una de las formas de adaptación del individuo al mundo exterior: la mortalidad. La psicomotricidad desde este punto de vista, se ocuparía "del rol del movimiento en la organización psicológica general, estableciendo las conexiones de la psicología con la neurofisiología".
Valley, M.: "El estudio de la motricidad16 en la cual se manifiesta el comportamiento en cualquier reacción visible exterior, sea refleja, voluntaria, espontánea o aprendida".
Le Boulch, J.: El método psicocinético, es un método de pedagogía activa, se apoya sobre una psicología unitaria de la persona. Privilegia la experiencia vivida. Se apoya sobre la noción de "reestructuración recíproca" que utiliza por último la dinámica de grupo en el trabajo.
De Quiróz, B.: "La psicomotricidad es esencialmente la educación del movimiento o por medio del movimiento, que procura una mejor utilización de las capacidades psíquicas, mientras que la motricidad es fundamentalmente la capacidad de generar movimientos".
Nuñez y Fernández Vidal: "La psicomotricidad es la técnica o el conjunto de técnicas que tienden a influir en el acto intencional o significativo, para estimularlo o modificarlo, utilizando como mediadores la actividad corporal y su expresión simbólica. El objetivo de la psicomotricidad es aumentar la capacidad de interacción del sujeto con el entorno”.
Muniáin: "La psicomotricidad es una disciplina educativa, reeducativa y terapéutica, concebida como diálogo, que considera al ser humano como una unidad psicosomática y que actúa sobre su totalidad por medio del cuerpo y del movimiento, en el ámbito de una relación cálida y descentrada, mediante métodos activos de mediación principalmente corporal, con el fin de contribuir en su desarrollo integral”.
R. Lecoyer (1991) considera "la psicomotricidad como el conjunto de comportamientos motores en función de su relación con el psiquismo
Maylin Escorcia y Amanda Narvaez
Quinto Semestre, Grupo B
Ene-Jun 2009
Fac. Fisioterapia
Universidad Simón Bolívar
Programas I-Módulo de Escuela Saludable